La pandemia de coronavirus tuvo un efecto dominó en la industria automotriz europea. Trae consigo preguntas sobre cómo va a ser el devenir del mercado de los coches eléctricos y autónomos en un tiempo cercano. Sin embargo, debemos recordar que la industria automotriz ya ha sobrevivido a muchas crisis temporales, de las que ha escapado ilesa hasta ahora, y la adaptación a las nuevas tendencias mediante innovaciones es su oportunidad para un desarrollo estable en el futuro.
Los cambios en los gustos y necesidades de los usuarios, las fluctuaciones de los precios del combustible o las recesiones temporales de la economía mundial siempre han influido en las rápidas caídas de las ventas de automóviles. La actual pandemia de coronavirus parece ser un nuevo antecedente, ya que su influencia en una serie de procesos socioeconómicos puede percibirse con una perspectiva temporal prolongada. Hoy en día es imposible prever cómo se va a desarrollar la epidemia y cuándo se podrá hablar de su final.
Durante el bloqueo de las economías europeas el sector automotriz tuvo que enfrentarse a cortes en sus cadenas de suministro y producción. La lenta reanudación del funcionamiento de las líneas de fabricación estuvo acompañada por una bajada en la demanda de automóviles y la caída de los precios del combustible. El último factor mencionado en relación con la caída de los ingresos de las empresas de automoción y la disminución de sus recursos para inversiones podría afectar muy duramente al sector de la electro-movilidad. Sin embargo, todo indica que las previsiones a largo plazo de que en 20 años la mitad de los coches que circulan por la calle serán de propulsión eléctrica siguen siendo válidas. Una de los indicativos positivos a tener en cuenta puede considerarse el aumento de las ventas de coches eléctricos en Europa en el primer trimestre de este año.
Entonces, ¿No se modificará la estrategia de desarrollo de los coches eléctricos?
En marzo de 2020, las ventas de todos los coches de la Unión Europea cayeron un 53% en comparación con el mismo período de hace un año. Los gobiernos de los estados europeos implementaron programas de apoyo al sector de la automoción por medio de subsidios, los cuales deberían ser incentivos para que los ciudadanos cambien los vehículos viejos por nuevos. Esta acción, ya ha tenido los primeros efectos positivos. Por ejemplo, en junio las ventas de coches en Francia volvieron a subir un 1,2% por primera vez y en Alemania e Italia siguieron implementando acciones similares. La situación en el mercado de los coches eléctricos se ve mucho mejor. Resulta que en el primer trimestre de este año el número de nuevos coches eléctricos registrados aumentó, en lugar de disminuir, hasta un 57,4% en comparación con el mismo período en 2019. Aunque todavía sólo representa el 4,3% de todos los coches registrados, este número alcanzó los 130.297 coches vendidos sumando las cifras de la Unión Europea, el Reino Unido y la AELC.
Los fabricantes deben aumentar las ventas de los coches eléctricos, ya que están obligados a hacerlo por la legislación europea. Dicha norma obliga a disminuir la emisión de CO2 hasta 2021 en este sector en un 40% en comparación con 2007 y otra mayor reducción de un 37,5% hasta 2030. El cumplimiento de este objetivo es apoyado por los gobiernos de algunos estados. Por ejemplo, en Alemania se introdujo un atractivo bono de 6.000 euros, que impulsa fuertemente la demanda de este tipo de coches, e Italia planea dedicar a este fin un total de 140 millones de euros en los años 2020-2021. Otra consecuencia sustancial en este sector tendrá lugar también en nuevos materiales plásticos y las posibilidades que ofrecen durante su procesamiento, junto con la incorporación de las nuevas tecnologías.
¿Cuál es el futuro de los coches autónomos?
Como subrayan algunos observadores del mercado, la incidencia de esta pandemia puede percibirse como una señal para la continuación de los trabajos en los automóviles autónomos. Estos vehículos podrían proporcionar un funcionamiento ininterrumpido del sector del transporte de mercancías y pasajeros, ya que no generan el riesgo de propagación del virus. La epidemia afectó predominantemente a las empresas que ofrecían servicios de transporte de pasajeros. El hecho de no tener que estar en contacto con un conductor o conducir un automóvil por sí mismo podría influir en una mayor disposición a utilizar, por ejemplo, taxis autónomos.
Entretanto, muchos fabricantes importantes anunciaron recortes en las inversiones de investigación y desarrollo en relación con las tecnologías autónomas. La crisis disminuyó considerablemente los ingresos de las empresas de automoción en tan sólo unos meses, lo que provocó que ahora estén más dispuestos a transferir los fondos a estas divisiones, que generan beneficios aquí y ahora. Por el momento está justificado, aunque mirando a un plazo más largo de tiempo, la posibilidad de un desarrollo estable de toda la rama en el futuro son soluciones innovadoras y positivas. Hoy en día, muchas personas deben ir en coche al trabajo cada día y, si es necesario, evitan el transporte público e incluso eligen con más frecuencia, por ejemplo, una bicicleta como medio de llegar al trabajo. Todo esto puede cambiar durante un largo período de tiempo nuestra actitud hacia los medios de transporte y toda la rama tendrá que adaptarse a la nueva situación.
Nuevos materiales y tecnologías de fabricación de componentes de automóviles
Desde hace tiempo, los fabricantes de automóviles han estado buscando nuevos materiales y tecnologías de producción, que proporcionen más posibilidades de construcción a menores costos. Un material preceptivo es, por ejemplo, el polipropileno expandido (EPP), que tiene la posibilidad de facilitar el desarrollo de los vehículos en el futuro. Combina una alta resistencia a los daños con un peso ligero, gracias a lo que, ya hoy en día, se encuentra en una amplia gama de aplicaciones, entre otras cosas, en los elementos de sistemas de seguridad pasiva en los automóviles. Ni se deshace ni se deforma durante los impactos y permite reducir el peso de un coche, al mismo tiempo, lo que se traduce en un menor consumo de combustible. Debido a sus excelentes propiedades de supresión del ruido y aislamiento térmico puede contribuir a mejorar tanto los coches eléctricos como los autónomos.
Los componentes producidos en el proceso de moldeo a presión pueden constituir una barrera eficaz para el calor y el ruido, como el techo, los paneles laterales de las puertas o los elementos del maletero y el suelo. Esto se traduce en una mejora sustancial de la comodidad durante los viajes y en un aumento de la gama de vehículos de motor eléctrico. Al mismo tiempo, este material no se ve limitado durante el proceso de diseño individual, ya que puede ser fácilmente combinado con otros materiales en el proceso de fabricación. Esto multiplica las posibilidades de su aplicación en vehículos Premium.