A menudo no somos conscientes de la gran importancia que tiene mantener una correcta posición del cuerpo mientras se conduce, así como la configuración óptima del asiento, respaldo y reposacabezas. No tener en cuenta estas cuestiones tiene, muchas veces, negativas consecuencias negativas para nuestra salud como para la seguridad al conducir.
La gran mayoría de los conductores aprenden cómo deben configurar correctamente la posición tanto del asiento como del cuerpo, cuando se encuentran detrás del volante, durante las prácticas en la autoescuela. Es decir, saben cómo hacerlo incluso antes de obtener el permiso de circulación.
Sin embargo, la propia rutina de los desplazamientos diarios, así como los hábitos individuales y, en ocasiones, el desconocimiento de algunos aspectos hace que, incluso los conductores con mucha experiencia, no presten la suficiente atención al correcto ajuste del asiento antes de empezar a conducir.
En consecuencia, muchas personas que usan el automóvil a diario se quejan de dolores de cuello, espalda o piernas. Sin embargo, los problemas de salud no son la única consecuencia de una posición incorrecta o incómoda del cuerpo en el asiento del conductor.
Adoptar una mala posición al conducir puede provocar también: falta de seguridad al volante, problemas de visibilidad, retrasos en las maniobras y aumento de las posibilidades de sufrir lesiones graves en caso de accidente.
¿Por qué es tan importante la configuración correcta del asiento del conductor?
No podemos olvidar que un asiento de conductor debe, en primer lugar, estabilizar el cuerpo y permitir un funcionamiento libre y, al mismo tiempo, firme del volante y los pedales.
Los principales errores que solemos cometer, con relación a la posición del cuerpo y el asiento, mientras conducimos son:
- Colocarnos demasiado lejos o demasiado cerca del volante y los pedales.
- Dejar un espacio excesivo para las piernas.
- Reclinar excesivamente el respaldo del asiento.
- Colocar el asiento demasiado lejos del parabrisas.
Estos errores en la configuración del asiento pueden llegar a tener consecuencias muy graves, como por ejemplo: el deslizamiento accidental del pie del pedal o, en una situación crítica, la imposibilidad de pisar el freno o el embrague con la fuerza necesaria ante una situación de emergencia.
Por otra parte, una posición incorrecta hace imposible agarrar el volante con la suficiente firmeza. En estas condiciones, una situación inesperada, como un bache, puede provocar que las manos del conductor resbalen del volante y, en consecuencia, se pierda el control del vehículo.
Otro problema derivado de colocar el asiento demasiado lejos del parabrisas es que se puede producir una limitación de la visibilidad, especialmente en los automóviles pequeños.
Respecto a los problemas de salud, está demostrado que los conductores que colocan el asiento demasiado atrás, son propensos a mover la cabeza hacia adelante, lo que puede provocar dolores en la nuca y el cuello.
Así mismo, colocar el asiento excesivamente adelantando puede acarrear consecuencias igualmente negativas. En esta situación, se pierde la libertad de movimiento del volante y sobre los pedales. Por lo tanto, el conductor puede sufrir lesiones mucho más graves en caso de accidente, tanto por la explosión del airbag como por posibles golpes de la cabeza contra el parabrisas.
¿Cuál es la posición correcta al volante?
Aunque el ajuste correcto del asiento del conductor es una cuestión individual y depende de la constitución de organismo de cada persona, existen algunos principios básicos que es muy recomendable tener en cuenta.
Con la observación de estos principios o recomendaciones es posible: evitar problemas de salud, facilitar las maniobras diarias, mejorar la visibilidad e, incluso, optimizar las técnicas de conducción.
El asiento debe colocarse de forma que la pierna izquierda, con el pie apoyado en el embrague o un reposapiés, se doble ligeramente. Esto deja un gran margen de movimiento en caso de que sea necesario presionar, al máximo, cualquiera de los pedales.
Podemos afirmar que si tenemos libertad de maniobrar el volante, colocando las muñecas sobre él, sin tener que mover el respaldo del asiento, hemos logrado la posición adecuada. Por el contrario, tener que mover el asiento hacia atrás para lograr esta maniobra es una clara indicación que la posición del asiento de conductor no es del todo correcta.
Una sencilla prueba para comprobar que llevamos el asiento de conductor correctamente posicionado es la siguiente. Podemos intentar esquivar obstáculos en un espacio sin peligro, y comprobar si nos vemos obligados a inclinarnos hacia adelante o a doblar la espalda. Esta es una clara señal de que la posición debe corregirse.
Otro elemento importante, y desgraciadamente olvidado por muchos conductores, es el ajuste del reposacabezas del asiento. Su sección central debe estar a la misma altura que el centro de la cabeza del conductor.
Un reposacabezas bien colocado permite, en caso de impacto en la parte trasera del coche, evitar lesiones en los huesos del cuello. También previene dolores en espalda y cuello de diferente intensidad provocados, simplemente, por la conducción diaria, sin que se produzca ningún accidente.
¿Cómo influye nuestra posición al volante en la columna vertebral?
Vibraciones, golpes o curvas cerradas mientras se conduce pueden llegar a provocar diversos impactos negativos en nuestra columna vertebral. Pero, como veremos a continuación, en nuestra mano está prevenirlos.
La adopción de una posición lo más vertical posible durante la conducción, es la mejor forma de suprimir o minimizar las cargas excesivas sobre la columna y evitar lesiones. Y esto lo podemos lograr ajustando el respaldo del asiento de manera que nuestro cuerpo no se incline hacia adelante o hacia atrás. Es decir, se mantenga en posición vertical.
En este contexto, el ajuste de la altura del asiento del automóvil también es muy importante. Existe una método muy sencillo para saber si lo estamos haciendo correctamente: comprobar si podemos ver el extremo del capó de nuestro coche, y estimar a la distancia que se encuentra otro automóvil. Todo ello sin tener que inclinarnos hacia delante o encorvarnos.
Un asiento ideal debe poder estabilizar el cuerpo en todas las condiciones de conducción, incluyendo las curvas muy cerradas. Por este motivo, es muy importante que los respaldos se adapten, lo mejor posible, a la curvatura natural de la zona lumbar.
¿De qué materiales debe estar fabricado el asiento del conductor para ser resistente, estable y cómodo?
Un asiento del conductor debe estar provisto de un marco de acero que le proporcione resistencia y estabilidad. Pero no es suficiente con esto. Muchas veces, la adopción de una posición poco saludable al conducir se debe a la falta de sensación de comodidad de la persona que está al volente.
Para evitar que un asiento sea demasiado duro, los expertos en diseño y producción de asientos de automóviles recomiendan los rellenos de espuma de materiales como el Propileno Expandido (EPP).
Las espumas de EPP dotan de una sensación muy suave y confortable a los asientos y respaldos un automóvil, complementando a la perfección a las bases encargadas de estabilizar el cuerpo del conductor. Estas están fabricadas en materiales más rígidos y elásticos.
Los muchos años de experiencia de las principales marcas fabricantes de automóviles han demostrado que, hasta ahora, el materia más eficaz para rellenar los asientos de los automóviles es el EPP.
El EPP es un material idóneo no solo por su suavidad y comodidad, sino también porque presenta una alta resistencia mecánica y una inhibición óptima de la energía de impacto. De esta forma, el cuerpo queda protegido contra los efectos de los accidentes, suprimiendo perfectamente los golpes y vibraciones, ya que no se deforma de forma permanente. De esta manera se facilita la correcta posición del conductor.
Los componentes de EPP para asientos de automóviles de Knauf Automotive
En las plantas de Knauf Automotive fabricamos una amplísima gama de componentes de espuma EPP. Una de sus principales aplicaciones son los asientos de automóvil, incluyendo reposacabezas, reposabrazos o reposapiés especiales que brindan una posición cómoda de las piernas.
Las tecnologías más modernas de proceso del Polipropileno Expandido permiten un óptimo equilibrio de parámetros como la resistencia mecánica y la resiliencia, así como obtener rellenos de espuma totalmente adaptados al diseño individual de cada asiento.