Flotas de vehículos autónomos compartidos (carsharing) y autopistas eléctricas (eHighway), caracterizadas por ofrecer a los vehículos un suministro de energía constante que les permite impulsarse o recargar las baterías. Dos enfoques innovadores que, en poco tiempo, pueden transformar radicalmente el sector de la automoción y, en un sentido más amplio, el propio concepto de movilidad.
Es un futuro próximo, es posible que poseer un automóvil en propiedad sea algo excepcional. Probablemente, tener un automóvil deje de ser necesario como solución de movilidad y acabe convirtiéndose en un pasatiempo o en una afición.
La comunicación en las grandes ciudades podrá realizarse mediante el uso del carsharing, y las flotas de las empresas que presten este tipo de servicios ya no estarán compuestas solo de coches eléctricos o de combustión. Contarán también con vehículos totalmente autónomos, es decir, sin necesidad de un conductor humano.
Esta tendencia comienza a ser ya una realidad en el sector del transporte, donde empiezan a hacerse prueba con camiones semiautónomos e incluso totalmente autónomos.
No obstante, para poder llevar a cabo esta transformación, en primer lugar se debe remodelar toda la infraestructura de transporte. Se prevé que, en el futuro, los vehículos dejen de estar condicionados por la fuente de energía de a bordo. Esto será posible porque estarán alimentados por bandas especiales, ubicadas en las propias carreteras, que generarán un campo magnético.
Aunque todo esto puede parecer demasiado futurista o propio de la ciencia ficción, lo cierto es que algunas de estas tendencias comienzan a ser visibles hoy en día.
Carsharing: ¿por qué es el futuro y cuáles son sus beneficios?
Los coches compartidos no son nada nuevo, llevan años utilizándose y cada vez son más populares por los cambios socioeconómicos. Como resultado de la migración de personas de las áreas rurales a las ciudades, estas últimas se vuelven más densamente pobladas. Se pronostica que en 2050 hasta el 75% de la población mundial vivirá en zonas urbanas.
El aumento del tráfico, los atascos y los problemas de aparcamiento forman parte de la rutina diaria de muchos habitantes de las grandes metrópolis. Ser propietario de un automóvil propio se vuelve cada vez más problemático, especialmente porque algunas ciudades ya no permiten la entrada de automóviles con motor de combustión a algunas zonas de la ciudad. Esto ofrece ventaja a los automóviles eléctricos.
En este contexto, la economía basada en compartir todo tipo de objetos y servicios, también vehículos, proporciona numerosos beneficios. Además de disminuir el número de automóviles en las calles, ofrece una gran comodidad de uso.
En el año 2021, en Europa ya se habían registrado 2,87 millones de usuarios en diferentes tipos de aplicaciones de carsharing. Pero los sistemas de automóviles compartidos del futuro serán diferentes a los que conocemos actualmente.
Los coches compartidos durante un periodo determinado de tiempo o para hacer un viaje concreto entre varios conductores o pasajeros, darán paso a otro tipo de flotas, mucho más modernas, ecológicas y autónomas.
Los coches de combustión interna serán sustituidos por vehículos eléctricos y autónomos, que transportarán por su cuenta a un usuario hasta la dirección indicada. Este revolucionario modelo de movilidad puede transformar por completo la industria de la automoción.
También cambiarán las prioridades. Para un usuario medio de servicios de coche compartido, la marca del vehículo puede no tener demasiada importancia. Priorizará la confiabilidad y la seguridad. Por otro lado, la tecnología y el diseño tenderán a estandarizarse.
El interior del automóvil estará también sujeto a cambios radicales, que requerirán de materiales y soluciones que hagan posible un diseño flexible.
Ventajas de los vehículos autónomos en la logística y el transporte de viajeros
Aunque se habla mucho de los vehículos autónomos dentro del contexto del transporte de pasajeros, lo cierto es que también traerán notables beneficios para la rama logística.
La autonomización del transporte permitirá solucionar problemas como: la creciente escasez de conductores o los tiempos de entrega excesivamente prolongados, debido a las normas que limitan el horario de trabajo de los conductores.
Se estima que, cuando comiencen a fabricarse camiones autónomos en Europa, podrían estar circulando aproximadamente el 78 % del tiempo, mientras que en la actualidad solo lo hacen el 28 %.
En la actualidad, ya se están realizado pruebas con vehículos de transporte autónomos que siguen, automáticamente, a un coche piloto conducido por un conductor humano. Se está comprobando que el vehículo autónomo reacciona con mayor precisión a las maniobras realizadas por el conductor. De esta forma, la conducción es más suave y se disminuye el desgaste de los componentes del vehículo.
En una siguiente fase, los camiones autónomos ya podrán viajar por vías rápidas y autopistas por su cuenta. Posteriormente, estos vehículos se dirigirán a los centros ubicados a los lados de las pistas, donde los conductores humanos podrían tomar el control.
Todo apunta a que este tipo de soluciones podrían implementarse a gran escala desde el 2030. Aunque para ello es necesario es necesario desarrollar y construir las infraestructuras necesarias, tanto a nivel de Tecnologías de Información (IT) como de infraestructura vial.
Autopistas eléctricas y la importancia de reducir el peso de los vehículos
Mientras tanto, en la actualidad se están desarrollando muy intensamente tecnologías alternativas de propulsión de vehículos, con el principal objetivo de reducir la contaminación producida por el transporte.
Los coches eléctricos, híbridos o propulsados por hidrógeno ya son una realidad. No obstante, su aún limitada autonomía, supone una cierto freno a un uso más amplio fuera de las ciudades.
Una de las soluciones puede ser la carga inalámbrica de los vehículos eléctricos, una idea concebida, por ejemplo, en la Universidad de Stanford, en California (EEUU), donde se ha desarrollado un interesante proyecto basado en inductores de energía instalados bajo la superficie de las carreteras.
En países como el Reino Unido, ya se han realizado pruebas piloto de alimentación de vehículos eléctricos, mediante cargadores inductivos situados en la franja exterior de la carretera. El problema es que los coches que usen este sistema deben ser muy ligeros, con el objeto de requerir la menor cantidad de energía para moverse.
Hoy en día, los materiales pesados tradicionales de los automóviles, como el metal o el vidrio, se están reemplazando gradualmente por materiales modernos de plástico expandido. Este material combina una excelente resistencia y propiedades aislantes con un peso reducido.
Materiales plásticos expandidos innovadores: a la cabeza de la revolución
El principal material que ha permitido un avance sustancial en el campo de la reducción del peso del vehículo es el Polipropileno Expandido (EPP). Hoy en día se aplica, por ejemplo, en la producción de asientos de automóviles, rellenos de puertas y revestimientos de techos, y también en elementos de seguridad pasiva.
El EPP es un material plástico compuesto en un 50% por aire que, al mismo tiempo, presenta una estructura muy duradera, que no se fractura y, en caso de colisión, vuelve inmediatamente a su forma anterior.
Sus excelentes propiedades de aislamiento térmico, permiten al Polipropileno Expandido proteger eficazmente elementos sensibles frente a golpes y temperaturas extremas. Gracias a estas ventajas, cada vez se utiliza más en vehículos eléctricos y en la incipiente industria de los coches y camiones autónomos.
En Knauf Automotive estamos especializados en el uso del EPP para construir elementos protectores de baterías de automóviles. Con este innovador material se fabrican: aisladores especiales de celdas de batería, guías de cable y elementos de fijación, así como carcasas completas de baterías para automóviles eléctricos.
La tecnología de moldeado de EPP permite una producción económica y rápida, incluso de componentes muy pequeños. Además, posibilita la adaptación de los componentes individuales de cada vehículo, teniendo en cuenta hasta el más mínimo detalle.
Por sus extraordinarias características y ventajas, el EPP es un material que encaja perfectamente con las tendencias, actuales y futuras, de la industria del automóvil.