El nuevo proyecto de reglamento elaborado por la Comisión Europea prevé la prohibición de la venta de vehículos con motor de combustión a partir de 2035. Si finalmente se aprueba, en 14 años todos los coches nuevos en Europa serán completamente de cero emisiones, es decir, eléctricos o de hidrógeno. Esto significa que el desarrollo de tecnologías automotrices ecológicas, así como la expansión de la infraestructura necesaria para cargar dichos vehículos, tendrán que acelerarse significativamente.
La industria del automóvil se ha estado preparando durante años para limitaciones muy restrictivas, estrechamente relacionadas con la estrategia medioambiental adoptada por la Unión Europea. El objetivo para 2030 es reducir las emisiones de CO2 en, al menos, un 55%, en comparación con 1990 y, en última instancia, que la Unión Europea logre la neutralidad climática en 2050. El sector del automóvil no solo produce automóviles con motor de combustión que cumplen requisitos de emisiones cada vez más estrictos, sino que también se está aumentando, significativamente, la proporción de coches eléctricos e híbridos.
Al mismo tiempo, se están fabricando menos coches diésel como consecuencia de las limitaciones. Algunos fabricantes declaran que ya no desarrollarán la próxima generación de motores diésel, o incluso detendrán su producción en un futuro próximo. Es más, desde hace algún tiempo se prohíbe la entrada de vehículos con motor diésel en determinadas zonas de Europa. Todo esto se traduce en una caída constante de las ventas de coches diésel, y puede suponer la retirada de la oferta de algunos fabricantes incluso antes de 2035.
¿Diésel o gasolina, o quizás otro combustible alternativo?
El último informe publicado por la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) muestra que, en el segundo trimestre de 2021, la participación de los automóviles diésel en las ventas totales ascendió a, únicamente, el 20%. El porcentaje más alto lo siguen ostentando los vehículos con motor de gasolina, con un 42%. Mientras que los coches con sistemas de propulsión alternativos, es decir, los diversos tipos de coches eléctricos, constituyen más del 32% del mercado. Estos datos significan un reemplazo progresivo de los motores diésel por tecnologías ecológicas. Esto no es solo el resultado de una creciente conciencia ambiental, sino también de consideraciones prácticas. No podemos olvidar que, en muchas ciudades europeas, solo puede circular los automóviles diésel que sean de nueva fabricación o dispongan de una etiqueta especial de bajas emisiones.
No obstante, en algunos lugares, la entrada de cualquier tipo de vehículos diésel está completamente prohibida, incluso si cumplen con los más altos estándares de emisiones de partículas y óxidos de nitrógeno Euro 6. En ciudades como Berlín o París ya se han establecido las denominadas zonas azules, donde solo pueden entrar vehículos con cero emisiones. En un futuro muy próximo, concretamente en el 2025, ya no será posible circular con coches diésel por el centro de París, Madrid o Atenas, entre otras grandes ciudades europeas. Las restricciones de los motores diésel se deben a que son nocivos para el medioambiente, por sus altas emisiones de CO2, pudiendo afectar también a la salud de las personas, en especial los vehículos más antiguos. Un estudio de la organización ADAC, realizado hace unos años, en el cual se analizaron hasta 38 coches diésel de distintos macas y modelos, mostró que algunos superaban los estándares de emisiones de óxido de nitrógeno hasta en un 900%. Otros estudios sostienen que estos compuestos pueden causar enfermedades cardíacas y respiratorias, así como cáncer.
Coches eléctricos y de hidrógeno como alternativa al diésel
Si el nuevo reglamento es aprobado por todos los países de la UE, no solo se retirarán definitivamente de la venta los coches diésel en Europa en el año 2035, sino también los de gasolina e incluso los híbridos. Por lo tanto, el desarrollo y perfeccionamiento de tecnologías de emisión cero (baterías para automóviles eléctricos y celdas de hidrógeno) no tendrá otra opción que acelerarse.
También será necesario ampliar la red de puntos de recarga para vehículos de propulsión alternativos. El nuevo proyecto determina que los estados miembros tienen la obligación de proporcionar estaciones de recarga cada 60 km a lo largo de las autopistas, así como puntos de recarga de hidrógeno cada 150 km como máximo. También debe aumentarse la densidad de este tipo de infraestructuras en las ciudades. Otro aspecto derivado de este nuevo reglamento es que será necesario ampliar las gamas de los coches eléctricos. Esto supone dos grandes retos: la necesidad de aumentar la capacidad de las baterías y la reducción del peso, tanto de las propias baterías como del conjunto del vehículo. Para lograrlo será necesario crear nuevos diseños, fabricados en materiales innovadores y ultraligeros.
El Polipropileno Expandido (EPP) impulsa la revolución verde
Desde hace algún tiempo, los fabricantes de automóviles buscan nuevas tecnologías y materiales de producción, que permitan "adelgazar" la estructura de los vehículos. Y, al mismo tiempo, mantener los mejores parámetros posibles relacionados con la resistencia y la seguridad. En este contexto, el papel clave lo desempeñan las espumas de EPP modernas, las cuales se utilizan ampliamente en la fabricación de elementos de carrocería, tanto en el interior como en el exterior.
Los componentes de automóvil de EPP moldeados a presión se caracterizan por una alta resistencia a los daños mecánicos y porque no se desintegran en trozos, teniendo una gran capacidad para volver a su forma anterior. Usados como relleno de parachoques, reposacabezas o asientos traseros, los componentes de EPP son perfectos como elementos de seguridad pasiva. Al mismo tiempo, el Polipropileno Expandido tienen excelentes propiedades de aislamiento acústico y térmico. Estas características lo convierten en el mejor material que existe actualmente en el mercado para fabricar protecciones en techos, puertas y suelos. De esta manera, el interior del automóvil queda perfectamente protegido contra las condiciones climáticas desfavorables y el ruido.
Recientemente, el EPP ha comenzado a usarse también en la fabricación de componentes para baterías de automóviles eléctricos, actuando como aislantes y sujetadores. Los resultados de esta nueva aplicación del EPP no han podido ser más satisfactorios. Su ventajas más significativas frente a los plásticos tradicionales es su mínimo peso y reciclabilidad. Esto permite el cumplimiento de los estrictos requisitos impuestos a los fabricantes de automóviles por la Unión Europea. Otro gran valor del Polipropileno Expandido es que también es un elección óptima desde un punto de vista estrictamente económico. Las últimas tecnologías de modelado facilitan el diseño y fabricación a gran escala de cualquier diseño fabricado en EPP, incluidos los componentes más complejos. Esto se traduce en un importante ahorro de costos de producción.