En los últimos años, la electromovilidad se ha convertido en un foco del debate sobre el futuro del transporte. Sin embargo, conviene señalar que los vehículos eléctricos funcionan de forma completamente distinta a los de combustión. ¿Qué hay que saber sobre el tema?
¿Cómo se construye un coche eléctrico?
El diseño de los coches eléctricos difiere significativamente del de los vehículos con motor de combustión, que hasta hace poco dominaban por completo nuestras carreteras. Estas diferencias se deben principalmente a las características de los propulsores utilizados en los coches eléctricos. El componente más importante es la batería, que proporciona la energía necesaria; para ello se suelen utilizar baterías de iones de litio. Su uso generalizado se debe principalmente a su alta densidad energética, su larga vida útil y su peso relativamente bajo.
¿Cómo funciona un coche eléctrico? En el caso de este tipo de vehículos, el funcionamiento del motor se basa en la conversión de energía eléctrica en energía mecánica. El propulsor de un coche eléctrico puede estar situado en la parte delantera o en la trasera; también es práctica habitual utilizar varios propulsores simultáneamente. Es importante destacar que tanto la batería como el motor generan grandes cantidades de calor durante su funcionamiento, por lo que una refrigeración eficaz de estos componentes es vital. Un sistema de refrigeración adecuado garantiza que todas las piezas mantienen la temperatura adecuada, crucial para el rendimiento de la conducción y la durabilidad del vehículo.
Otro componente clave es el sistema de control, que gestiona el flujo de energía entre la batería y el motor eléctrico, garantizando una eficiencia y un rendimiento óptimos en el vehículo. Los frenos de energía regenerativa también se utilizan en este tipo de coches. Su tarea consiste en convertir la energía cinética en energía eléctrica, cargando la batería, un proceso que ayuda a aumentar la autonomía de conducción y a mejorar la eficiencia energética.
¿Tiene embrague un coche eléctrico?
También se aprecian diferencias significativas en las cajas de cambios de los motores. Mientras que en los vehículos de combustión interna es habitual una caja de cambios con varias posiciones, los coches eléctricos no necesitan ese mecanismo. En su lugar, se utiliza una transmisión muy sencilla con una sola marcha y sin embrague, ya que el par del motor eléctrico está disponible desde cero rpm. La excepción, sin embargo, son algunos vehículos deportivos eléctricos, que pueden beneficiarse de configuraciones más elaboradas.
¿Cómo funciona la propulsión de un coche eléctrico?
La propulsión de un coche eléctrico es un complejo sistema que genera el movimiento del vehículo mediante la conversión de la electricidad almacenada en las baterías. El elemento clave de este sistema es el inversor, cuya tarea consiste en convertir la corriente continua de las baterías en una corriente alterna adecuada para el funcionamiento del motor. Además, este componente controla la velocidad y el par del vehículo, modificando el nivel de tensión y frecuencia de la corriente suministrada a la unidad motriz.
La conversión de energía eléctrica en movimiento mecánico se realiza mediante un efecto electromagnético. Un diseño de motor típico incluye dos componentes básicos que desempeñan un papel clave en este proceso:
- un rotor con un bobinado alimentado por electricidad;
- un estator en el que se generan campos magnéticos que hacen girar el rotor, propulsando así el vehículo.
Véase también: Producción de elementos de plástico espumado – espumas para paquetes de baterías para la industria del automóvil.
Propulsión y rendimiento de los coches eléctricos
Los motores eléctricos se caracterizan por un elevado par desde el inicio de la conducción, lo que se traduce en una respuesta rápida y suave del vehículo al pedal del acelerador. En comparación con los motores de combustión interna, que tardan en alcanzar su plena potencia, los motores eléctricos ofrecen una respuesta inmediata, lo que contribuye a una experiencia de conducción más dinámica. Además, el accionamiento eléctrico tiene un rango de funcionamiento muy amplio, lo que significa que puede suministrar una gran potencia incluso a velocidades muy bajas. Esto es especialmente importante en la conducción urbana, cuando a menudo se requiere una respuesta rápida a los cambios en la situación del tráfico.
El rendimiento de un coche eléctrico depende principalmente de la eficiencia de todo el tren motriz, incluidos la batería, el inversor y el motor eléctrico. Cuanto más eficazmente trabajen juntos estos componentes, mejor será el rendimiento con una eficiencia energética óptima.
Componentes EPP en el diseño de coches eléctricos
La batería, como corazón de cualquier coche eléctrico, debe estar debidamente protegida. Por este motivo, los materiales utilizados para fabricar la carcasa de una batería de coche deben cumplir una serie de estrictos requisitos de resistencia a los impactos, aislamiento térmico y resistencia al fuego y a las averías eléctricas. También es esencial mantener el peso lo suficientemente bajo para que los componentes utilizados no afecten negativamente al rendimiento del motor. La durabilidad, el aislamiento y el bajo peso son características con las que puede contar al elegir polipropileno espumado (EPP), por ejemplo.
El EPP es un material que se utiliza en muchos ámbitos de la industria automovilística: desde la fabricación de envases hasta la creación de componentes de protección contra golpes o piezas de equipamiento de automóviles. Gracias a sus propiedades, el polipropileno espumado puede sustituir eficazmente a otros plásticos y, en algunos casos, incluso a piezas de aluminio. Los productos de EPP son una de las piedras angulares de la oferta de Knauf Automotive: somos un proveedor de confianza para muchas empresas del sector de la automoción que optan por soluciones eficientes, sostenibles e innovadoras.