Baterías descargadas, líquidos congelados o parabrisas llenos de escarcha. Estas situaciones son parte de la rutina diaria de muchos conductores durante el invierno. Las temperaturas bajo cero hacen más difícil el funcionamiento tanto de los automóviles con motor de combustión, como de los eléctricos o híbridos. ¿Qué tipo de coche funciona mejor en condiciones de frío extremo?
En general, durante los meses de invierno la eficiencia de las baterías de todos los vehículos disminuye, tanto si son eléctricos como convencionales. Esto se debe a que el electrolito en el que se almacena la electricidad se espesa a bajas temperaturas, lo que provoca que las baterías funcionen peor.
El problema se agrava como consecuencia de los trayectos cortos, los períodos largos de estacionamiento en lugares fríos y la necesidad de alimentar los sistemas de seguridad y de confort: climatización, espejos con calefacción, asientos calefactables, etc.
En el caso de los coches eléctricos, la batería no solo se encarga de proporcionar la energía necesaria para hacer funcionar el motor, sino también de ejecutar todas las funciones del coche, incluida la calefacción del habitáculo. Sin embargo, a pesar de las apariencias, los coches eléctricos e híbridos pueden ser más fiables que los de combustión en circunstancias de frío extremo, siempre que se tengan en cuenta algunas reglas básicas.
Los problemas para arrancar un motor de combustión en invierno
Los coches de combustión interna, también conocidos como de motor de explosión, funcionan con gasolina o gasoil y utilizan baterías de plomo, cuya capacidad va descendiendo progresivamente a medida que bajan las temperaturas. La carga de la batería puede llegar a reducirse en un 80% cuando se alcanzan los -10°C.
Pero no solo el frío influye en la pérdida de eficiencia de las baterías. El uso del vehículo en distancias cortas o en atascos impide que los alternadores puedan recargarse adecuadamente.
Además, desde hace algún tiempo los automóviles con motor de combustión se han equipado con sistemas especiales como el denominado “Stop & Go”, que también afecta a la vida útil de la batería. Estos sistemas están diseñados para reducir las emisiones, apagando automáticamente el motor cuando el vehículo se detiene. El problema es que, al reiniciarse, el motor de arranque se vuelve a encender utilizando la energía de la batería, lo que aumenta el consumo de energía.
Lo cierto es que unos pocos días con temperaturas frías puede ser suficiente para que el electrolito, que contiene agua destilada, llegue a congelarse.
Estos son algunos consejos para evitar problemas de rendimiento de una batería de plomo durante el invierno:
• Cargarla durante la noche con un rectificador.
• Protegerla de las bajas temperaturas mediante el uso de cubiertas especiales aislantes del calor.
• Si es posible, estacionar el automóvil en un garaje con calefacción.
• Los fabricantes recomiendan reemplazar la batería de un automóvil cada 4 o 6 años, para estar al 100% seguros de que no se descargará inesperadamente durante un viaje planificado.
¿Qué les ocurre a las baterías de los coches eléctricos cuando hace mucho frío?
Las baterías de iones de litio de los coches eléctricos e híbridos también se descargan más rápidamente durante los meses fríos, lo que repercute directamente en la disminución de su autonomía en hasta varias decenas de kilómetros, con respecto a la temporada estival.
La temperatura óptima de funcionamiento de una batería es de unos 20°C. Por lo tanto, en invierno es especialmente importante contar con una batería de reserva en el automóvil eléctrico, al menos en los viajes largos.
Afortunadamente, existen soluciones simples para solucionar o mitigar el problema de la pérdida de eficiencia de los automóviles eléctricos o híbridos en un contexto de temperaturas muy bajas:
• Cargar la batería con más frecuencia, por ejemplo conectando el automóvil a un cargador durante la noche, sin dejar que se agote por completo.
• Reducir en lo posible el uso de la calefacción.
Las medidas de protección contra el frío de las baterías de los coches eléctricos
En cualquier caso, pese a que las temperaturas extremadamente frías pueden hacerles perder eficiencia, no es cierto, aunque sea una opinión generalizada, que los coches eléctricos o híbridos soporten peor las temperaturas por debajo de cero que los de combustión. Esto no ocurre, sobre todo, gracias a los avances en los procesos de fabricación y los materiales de las baterías.
Los fabricantes de coches eléctricos modernos utilizan sistemas muy eficaces para regular la temperatura de funcionamiento de las células, así como protectores especiales de las baterías con propiedades de aislamiento térmico.
Coche eléctrico vs motor de combustión: ¿quién resiste mejor el frío?
Si bien un automóvil eléctrico puede parecer menos resistente al frío que un motor de combustión, en realidad, tal y como hemos apuntado, todo depende de factores que tienen que ver con el usuario: cuidados que le proporcione a su vehículo, estilo de conducción y control de los diferentes parámetros.
Los motores de combustión interna son más complicados en cuanto a diseño y, por lo tanto, tienen más posibilidades de sufrir imprevistos y averías difíciles de prevenir. Sin embargo, el funcionamiento del coche eléctrico es más previsible, siempre que mantengamos la regularidad de carga y controlamos todos los parámetros de los diferentes sistemas.
Los coches eléctricos tienen la ventaja de incorporar una serie de herramientas que facilitan mucho su control, como el ordenador de a bordo. Al estar vinculado a la electrónica instalada en los vehículos eléctricos, este dispositivo proporciona a los conductores toda la información necesaria sobre el nivel de carga esperado y la autonomía de la batería. Esto se traduce en que el estado de un coche eléctrico se puede controlar más fácilmente, pudiéndose llevar a cabo las acciones necesarias antes de que se produzca un problema.
Sin embargo, en los vehículos de combustión de explosión no siempre es posible controlar constantemente el estado del motor o la batería de arranque. De hecho, la mayoría de veces solo nos damos cuenta de que debe reemplazarse cuando ya no es posible poner en marcha el motor. Esto generalmente provoca mayores costos en reparaciones o remolque.
En todo caso, tanto si se trata de un motor de combustión interna o eléctrico, es muy recomendable que revises tu automóvil antes de cada invierno. Algunos fabricantes brindan estos servicios de forma gratuita o por una cantidad adicional. De esta forma, podrás comprobar con antelación en qué estado se encuentra tu coche y cómo prepararlo lo mejor posible para el próximo invierno.
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Además, el EPP reduce la transferencia de calor entre los componentes de la batería, lo que elimina el riesgo de pérdida térmica. Otra de las ventajas de este material, que además es ecológico y reciclable, es que tiene un valor de voltaje de ruptura muy alto, por lo que minimiza el flujo de corriente entre las celdas y, por lo tanto, se reduce el riesgo de provocar daños en las baterías de los automóviles durante su funcionamiento.