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Si se observa la evolución de los modelos insignia de los más populares automóviles compactos para la ciudad durante las últimas décadas, se puede ver que sus perfiles no sólo se han vuelto más redondeados, sino que también son significativamente más largos y anchos. ¿Cuál es su origen y qué desafíos plantea a los diseñadores de la industria automotriz?

El automóvil es un sector altamente competitivo. Si quieres operar en él, todos los componentes -fabricación, cadenas de suministro, innovación, calidad- deben funcionar perfectamente. Aquí no hay lugar para el error, pero existe la posibilidad de desarrollarse gracias a la Industria 4.0.

La industria automotriz exige cada vez más a los proveedores y contratistas debido a la dinámica del sector. Todo está cambiando: las nuevas tecnologías están entrando en el juego. Para mantenerse en el mercado, hay que ser capaz de optimizar los costes sin reducir la calidad de los productos.

Recientes investigaciones científicas han demostrado que escuchar música elegida correctamente mientras conducimos nuestro automóvil, alivia el estrés del conductor y, por lo tanto, reduce las emociones en la carretera. Sin embargo, un buen sistema de audio no es suficiente para lograr este efecto. También es necesario insonorizar óptimamente el habitáculo, lo que puede conseguirse con componentes fabricados con modernas espumas, como el EPP, utilizadas en su construcción.

Tenemos la impresión de que ya se ha hablado mucho sobre los interiores de los coches y ya se han alcanzado los límites de las posibilidades. Un gran papel en este proceso lo desempeñan los plásticos modernos y especialmente el polipropileno expandido ligero (EPP).