Los accidentes de tráfico constituyen, en la actualidad, el tipo de incidente mortal más frecuente, siendo la cifra promedio mundial de 174 muertes por cada millón de habitantes.
Aunque en las carreteras de la Unión Europea el número de fallecidos es mucho más bajo: 49 muertes por millón de habitantes, por lo que se consideran las más seguras del mundo, lo cierto es que la tendencia a la baja del número de accidentes mortales en territorio europeo se ha ralentizado en los últimos años. Esto está ocurriendo, en gran medida, por el envejecimiento progresivo de la sociedad, el número creciente de ciclistas y peatones y la aparición de nuevas fuentes de distracción, como los smartphones y los sistemas de navegación.
Con el fin de reducir al máximo el número de accidentes de tráfico, la Unión Europea ha puesto en marcha una serie de acciones enfocadas en la mejora de la seguridad en carretera. En este sentido, destacan las regulaciones que obligan a la incorporación de sistemas de seguridad avanzados, tanto de seguridad activa como de seguridad pasiva, en todos los automóviles nuevos.
¿Por qué los coches eléctricos pueden reducir el número de accidentes?
Además de los efectos de las nuevas regulaciones obligatorias para los automóviles de nueva fabricación, implementadas por la Unión Europea a partir del 2019, como por ejemplo el ajuste de velocidad inteligente, los expertos consideran que la popularización de los coches eléctricos, cada vez mejor valorados por los consumidores, influirá muy positivamente en la reducción del número de accidentes.
Favorecen un estilo de conducción más seguro
La opinión generalizada de los especialistas en seguridad vial es que el número creciente de usuarios de coches eléctricos está provocando un cambio de estilo de conducción, más tranquilo y prudente, especialmente en las carreteras interurbanas.
La autonomía de un coche eléctrico se ve favorecida por una conducción más sosegada, que evite los frenazos bruscos y las aceleraciones innecesarias. Esto obliga a los conductores a aprender y asimilar unos hábitos de conducción más seguros, donde se respeten escrupulosamente los límites de velocidad y se favorezca una mejor legibilidad de la conducción por parte del resto de vehículos.
Por otro lado, la infraestructura de recarga de los coches eléctricos está hoy en día poco desarrollada, tanto en número de puntos de carga como en su velocidad (el tiempo de recarga medio supera los 40 minutos). Esto obliga a los conductores a una mejor planificación de sus rutas, con un mayor número de descansos y de más duración. En definitiva, se van sumando factores que contribuyen a una conducción más segura y racional, favorable a la reducción del número de accidentes.
La construcción de un coche eléctrico también influye en la seguridad
Según los expertos del ramo de la automoción, los coches eléctricos protegen contra los accidentes, reduciendo su número y minimizando las consecuencias, no solo por el hecho de contar con las más modernas tecnologías de los sistemas de seguridad activa (todos aquellos elementos que permiten el control de los coches mientras circulan), sino también por su propia construcción, lo que favorece la seguridad pasiva.
En general, la construcción de un automóvil eléctrico es muy robusta, puesto que los diferentes modelos contienen un marco reforzado para proteger tanto las baterías como los pasajeros contra impactos laterales.
Los módulo de baterías, ubicados normalmente en el suelo del automóvil, constituyen una barrera adicional que suprime las fuerzas que se desencadenan en el momento de un choque. Además, el centro de gravedad se encuentra en un punto más bajo, lo que dificulta que el automóvil se voltee en caso de impactos o frenazos muy bruscos.
El Polipropileno Expandido (EPP) como componente del sistema de seguridad pasiva
Es importante señalar que las carcasas de los conjuntos de baterías de los coches eléctricos se fabrican, cada vez con más frecuencia, de Polipropileno Expandido (EPP), por ser un material muy resistente, ligero y flexible, entre otras ventajas.
Los componentes producidos en las fábricas de Knauf Industries a partir de Polipropileno Expandido (EPP) para conjuntos de baterías de automóviles destacan, especialmente, por su gran capacidad para amortiguar las vibraciones y los impactos, así como por ser prácticamente indeformables.
Otra de las grandes ventajas del EPP son sus propiedades como aislamiento térmico, lo que resulta de gran utilidad para las baterías, ya que permite mantener siempre estable la temperatura de funcionamiento de la celda, alargando así su durabilidad.
En los interiores de los coches de última generación, se usa también el EPP como material de relleno para los reposacabezas, los asientos, el revestimiento del techo y los paneles laterales, puesto que es un material muy resistente a los impactos y no se desintegra. Todo ello hace que las piezas de Polipropileno Expandido constituyan un complemento óptimo de los sistemas de seguridad pasiva de los automóviles eléctricos.
Por último, destacaremos que las tecnologías de procesamiento utilizadas en las fábricas de Knauf Industries permiten, además, un equilibrio de los parámetros de los componentes fabricados con EPP como por ejemplo: la densidad, el peso o la resistencia mecánica. Esto amplía enormemente el abanico las posibilidades de diseño de diversos elementos para automóviles eléctricos, permitiendo unos resultados innovadores y perfeccionados.