El transporte de componentes de automoción requiere un packaging adecuado, que se adapte a cada pieza y ofrezca la máxima protección. La opción por la que cada vez apuestan más empresas es la de embalajes retornables para transporte. Research and Markets, compañía que se dedica a realizar estudios de mercado, calcula que este sector crecerá el 9,3% hasta 2026. La clave de este auge en el que se encuentra este tipo de packaging hay que buscarla en los beneficios que ofrece tanto a nivel logístico como económico y medioambiental.
Los embalajes retornables para transporte, RTP por sus siglas en inglés, son una solución sostenible para el desplazamiento de mercancías. Los sectores mecánico y de la automoción son en los que más extendido está su uso. La reutilización del packaging no solo supone disminuir al máximo el impacto en el medioambiente, sino que conlleva un ahorro de costes a largo plazo y contribuye a ganar visibilidad y a mejorar la imagen de marca.
EPP: el material más adecuado
Con tal de fabricar un embalaje retornable para transporte de calidad, la elección del material es esencial. Las propiedades del polipropileno expandido (EPP) son las que más se adaptan a las exigencias de este tipo de packaging: es un material duradero y de fácil mantenimiento, además de ligero y altamente resistente. Y es que el EPP conserva sus propiedades mecánicas durante muchos usos.
En el transporte, esto significa proteger el contenido contra choques y golpes. La experiencia que tenemos en Knauf Industries Automotive en moldeo nos permite crear diseños completamente ergonómicos, con una forma que la pieza a transportar encaja perfectamente, incluso aquellas con geometrías complejas. Esto es posible gracias al diseño individualizado de cada embalaje. La protección es muy elevada con componentes de todo tipo, también aquellos frágiles de alto valor.
Mínimo impacto medioambiental
Los avances en la técnica y la mejora de los materiales permiten alargar la vida útil de los embalajes retornables para transporte, manteniendo intactas sus propiedades. Esto reduce el coste total del packaging entre un 20% y un 25%, según un estudio realizado por Technavio. Al final de su ciclo, el embalaje es 100% reciclable, hecho que minimiza todavía más su impacto en el medioambiente.