El miedo a la fluctuación de los precios de la gasolina y el diésel es una realidad que afecta a la mayoría de conductores. En 1970 tuvo lugar una crisis de combustible similar a nivel mundial, lo que condujo a muchos países a intentar sustituir el petróleo por fuentes de energía más económicas, como por ejemplo el gas.
¿Cómo está afectando la subida de los precios de la gasolina y el diésel a las ventas de coches en la actualidad? Lo cierto es que se está notando una tendencia muy clara a comprar cada vez más autos eléctricos. Y uno de los motivos principales es que recargar un coche que funciona a luz es, hoy en día, mucho más barato que llenar el depósito de un vehículo de combustión interna.
Crisis de combustible del 2022: sus principales causas
La principal causa de la crisis de combustible es la situación geopolítica actual, en especial el conflicto entre Rusia y Ucrania. La realidad es que las restricciones impuestas a las importaciones de petróleo ruso, por parte de la Unión Europea y el G7, han provocado graves problemas en el sector energético.
Los países de la Unión Europea están siendo los más afectados por la crisis del combustible. El principal motivo es que, debido a su proximidad geográfica, los países europeos dependen en gran medida no sólo del suministro de petróleo ruso, sino también del gas.
En 2022, la mayoría de los países de la Unión Europea dejaron de importar gas natural ruso, que lograron sustituir, en parte, por gas natural licuado (GNL), procedente principalmente de EEUU.
Sin embargo, la escasez de petróleo procedente de Rusia sigue siendo un gran problema. Debido a sus propiedades, no puede ser reemplazado por crudo estadounidense. Un dato clave es que se ha visto especialmente afectada la producción de diésel, un combustible fundamental para calentar hogares o alimentar automóviles.
La crisis energética y sus consecuencias
Como consecuencia directa de la crisis del combustible de 2022, los precios de la electricidad y la calefacción han aumentado. Por consiguiente, los costos de producción industrial en todos los sectores han sido notablemente mayores.
La limitada disponibilidad de recursos energéticos se ha traducido en una alta inflación, lo que está complicando aún más la difícil situación económica. Este problema está afectando tanto a las empresas como a los consumidores individuales de Europa y el resto al mundo.
Como sucedió en la década de 1970, la crisis energética actual está potenciando la búsqueda de combustibles alternativos. En muchos países, se está intentando reemplazar el gas y el petróleo por carbón, mientras que otros optan por aumentar la producción de energía nuclear.
Sin embargo, como subrayan muchos expertos, la solución a largo plazo sería optar por energía procedente de fuentes de energía renovables. Estas se encuentran disponibles en todos los países y permiten independizarse de los suministros externos de hidrocarburos.
Crisis de combustibles: una de las consecuencias de la crisis energética
Una de las principales manifestaciones de la crisis energética es la cantidad insuficiente de los combustibles fósiles necesarios para cubrir las necesidades de los diversos medios de transporte.
Debido a que los combustibles se necesitan, principalmente, para climatizar edificios, su disponibilidad para la industria del transporte está disminuyendo.
Los altos precios de los combustibles dan como resultado un aumento adicional de los bienes transportados, lo que se traducen en una mayor inflación. A su vez, el menor valor del dinero hace subir aún más los precios de los combustibles, las materias primas y los bienes. Creándose así un “círculo vicioso”.
Por este motivo, cada vez es más necesario el desarrollo de la electromovilidad, ya que este tipo de vehículos pueden alimentarse con fuentes de energía renovables y ecológicas, como el sol o el viento.
Otra solución podrían ser los coches de hidrógeno. Los vehículos propulsados por pilas de combustible de hidrógeno representan una interesante alternativa a los eléctricos. No obstante, esta tecnología aún no está suficientemente desarrollada, ni se cuenta en la actualidad con la infraestructura adecuada.
Precios del combustible en 2022
El petróleo y el gas son las materias primas más utilizadas para cubrir gran parte de nuestras necesidades energéticas. Por ello, cualquier turbulencia en estos mercados es grave para todos los consumidores.
Antes de la guerra en Ucrania, el precio del barril de petróleo rondaba los 90 dólares. En 2022, tanto el crudo WTI como el Brent alcanzaron los 130 dólares por barril, acercándose así al récord histórico de 2008, cuando alcanzó los 150 dólares.
Los precios del gas también subieron con fuerza en 2022, aumentando de 90 € a 119 € el MWh (un 35%) tras la invasión de Ucrania. También se dispararon los precios del carbón térmico que, a pesar de ello, sigue siendo una alternativa más barata que el gas o el petróleo.
¿Cómo solucionar la crisis del combustible? ¿Son los coches eléctricos una alternativa?
Las diversas crisis del combustible, que han ido aconteciendo a lo largo de la historia, han demostrado que la dependencia de las materias primas de regiones del mundo políticamente inestables acaba generando graves problemas. En especial para la energía y el trasporte.
En la década de 1970, el embargo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a los países que apoyaban a Israel en su guerra contra Egipto condujo a una revolución energética. Esto se tradujo en un rápido desarrollo de tecnología basada en el gas y la energía nuclear.
Hoy en día, la transición a fuentes de energía renovables y verdes también está aumentando. Por ejemplo, cada vez más conductores optan por coches eléctricos, considerados el futuro del transporte. Además, las políticas de la Unión Europea finalmente se encaminan hacia el final de la combustión interna, tanto de gasolina como, especialmente, de diésel.
Una sustitución masiva de vehículos con motor de combustión interna por eléctricos podría reducir la demanda de gasolina y diésel. Esto se traduciría en menores precios de los hidrocarburos. Sin embargo, debe recordarse que una parte considerable de la electricidad todavía se produce con carbón o gas. Por esta razón, aún se necesita realizar una gran inversión en el desarrollo de infraestructuras de energía verde.
Coche eléctrico vs diésel: una comparación de los costes de los servicios públicos
Circular con coches eléctricos es, por lo general, más barato que hacerlo con automóviles de combustión interna por varias razones. Por lo general, cargar una batería desde un toma de corriente doméstica cuesta menos que repostar gasolina o diésel en una estación.
Por supuesto, los niveles de precios de los dos tipos de combustible, energía eléctrica o gasolina/diésel pueden variar según el país, las ayudas gubernamentales o la tecnología de generación de electricidad.
Un análisis realizado por la Federación de Transporte y Medio Ambiente detectó que en Alemania, por ejemplo, los costes de cargar la batería de un automóvil y repostar con diésel fueron muy similares en el 2022. Hay que tener en cuenta que en el país germano la electricidad se produce principalmente con gas.
Otros estudios han certificado que en España los conductores de automóviles eléctricos pueden llegar a ahorrarse hasta un 117% en costes, y en Polonia hasta un 170%, en comparación con los usuarios de coches de combustión.
Una cuestión que no debe perderse de vista es que un motor eléctrico tiene una eficiencia mucho mayor que uno de combustión. El aprovechamiento de la energía de un motor eléctrico es de un 80-90 %, frente a un 45 % de un motor diésel.
Conducir unos 100 km en un coche eléctrico puede ser hasta cuatro veces más económico que en un motor de combustión interna. Además, los coches eléctricos son menos complejos y tienen menos averías.
La crisis del combustible y la venta de coches eléctricos: evolución de las ventas de los coches eléctrico
Pese a la difícil situación actual, las ventas de automóviles eléctricos lograron cifras récord durante el 2022.
Según los últimos datos de la European Automobile Manufacturers' Association (ACEA), en el último trimestre de 2022 los coches con sistemas de propulsión alternativos representaron el 53,1% de las ventas totales. Asimismo, el número total de matriculaciones de este tipo de vehículos alcanzó los 1,3 millones.
Los llamados híbridos de autonomía extendida fueron los más vendidos, seguidos de los eléctricos puros (BEV). La venta de estos últimos aumentó significativamente en comparación con 2021, pasando del 9% al 12%.
Entre octubre y diciembre de 2022, se matricularon 406.000 vehículos BEV en la Unión Europea, lo que demuestra claramente que los europeos están optando por los coches eléctricos. Los mayores aumentos en las ventas de BEV se registraron en Alemania, Francia y Suecia.
Al mismo tiempo, el mercado de automóviles de combustión interna, especialmente los de motores diésel, se está reduciendo. Dado que en muchas grandes ciudades existen restricciones para conducir este tipo de automóviles, es previsible que, gradualmente, los coches de combustión interna vayan dando paso a vehículos de emisiones cero.
Por último, remarcar que muchos de los componentes de los coches eléctricos están fabricados de materiales innovadores, como el plástico espumado. Este material aporta ventajas como la reducción del peso del vehículo o la mejora de la seguridad y la comodidad.