La lucha contra el cambio climático requiere de un compromiso global, en el que la industria de la automoción cumple un obvio papel protagonista. Las regulaciones gubernamentales obligan a una transformación profunda en los procesos industriales, que numerosos analistas consideran que, más que una transformación, significa una verdadera revolución para el sector. Realidades como el vehículo eléctrico o la presencia masiva del plástico en los automóviles, que hace pocos años se consideraban una rareza, en la actualidad son prioridades para los fabricantes que pretenden seguir siendo competitivos.
La desaparición de los coches con motores de combustión interna ya no es una ocurrencia sin fecha, sino que está sobre la mesa de cada vez más administraciones en todo el mundo y, de hecho, algunos países ya han establecido un calendario al que se van sumando los actores principales de la industria automotriz. Y no solo por imperativo legal, sino que hay marcas que anuncian planes con un contenido de sostenibilidad más ambicioso que el de los propios gobiernos.
El número de ciudades que limitan o prohíben la circulación de vehículos contaminantes crece; países como Noruega y Francia ya han anunciado fechas límite para el fin de la fabricación de coches diésel y gasolina; e incluso la mayor potencia económica mundial, China, está implementando normativas medioambientales incluso más restrictivas que las europeas así como políticas de promoción de los vehículos eléctricos y los impulsados por combustibles alternativos.
Fabricantes comprometidos con la sostenibilidad
El estudio Sustainability as a Strategy in the Chinese Automotive Industry: Managing Legitimacy Demands when Expanding to the EU, de los investigadores Cathleen Wong y Hunter Fowler de la Florida Gulf Coast University, se refiere a cómo el compromiso chino está llevando a los fabricantes a anunciar ambiciosos planes alineados con la lucha contra el cambio climático. Es el caso de Volvo, que plantea que sus fábricas en el país asiático produzcan solo coches eléctricos a partir de este año, y de la firma BYD, que asegura que todos sus vehículos serán híbridos o eléctricos antes de 2030.
Otras marcas que han informado de sus planes de descarbonización son Porsche, que se ha comprometido a electrificar más de la mitad de su flota en los próximos cinco años, y Volkswagen, que reducirá las emisiones de sus vehículos nuevos en un 30% y pretende dejarlas a cero antes de 2050, según recoge el artículo What the car industry has done to help fight climate change – and what it needs to do next, aparecido en World Economic Forum.
Obviamente, para llevar a cabo semejante transformación, las marcas y los proveedores de componentes para la industria automotriz, como Knauf Industries Automotive, deben trabajar codo con codo. La innovación, la investigación en nuevos materiales, el desarrollo de nuevas tecnologías y la ampliación de las soluciones que aportan otros, como el polipropileno expandido (EPP), que ya tienen una presencia destacada en numerosas piezas de los vehículos, son imprescindibles para avanzar en el camino de la sostenibilidad.
Contaminar menos pasa necesariamente por reducir el peso de los coches. Los termoplásticos permiten desarrollar estructuras más ligeras y moldear componentes que, garantizando la seguridad, aporten un valor estético. La reducción de un 10% del peso de los vehículos ahorra un 6% de consumo de combustible. De igual forma, en el caso de los vehículos eléctricos, alarga la autonomía de la batería.
En la reciente Conferencia de las Partes (COP25) sobre el cambio climático, desarrollada en Madrid, participaron numerosas empresas del sector de la automoción, con presencia destacada de la Asociación de Proveedores de Automoción (SERNAUTO) -de la que Knauf Industries Automotive forma parte-, que mostraron su compromiso para que los nuevos vehículos sean más eficientes, menos contaminantes, seguros y conectados.
Los logros medioambientales de la automoción
El jefe ejecutivo de la Society of Motor Manufacturers and Traders británica (SMMT), Mike Hawes, repasa en el artículo titulado Automotive sector committed to tackling climate change los logros de la industria automotriz en el camino hacia la sostenibilidad. Empezando por el hecho de que son necesarios cincuenta coches actuales para producir las mismas emisiones contaminantes que uno fabricado en 1970, recuerda logros como la introducción de los conversores catalíticos en 1993; los filtros de partículas diésel, que capturan el 99% de las partículas de hollín, en 2011; y los sistemas de reducción catalítica selectiva, que convierten los óxidos de nitrógeno (NOx) en nitrógeno y agua, en 2015.
Hawes recuerda además que se han hecho grandes pasos en la reducción de emisiones de carbono, hasta el punto que un coche medio actual emite un 31% menos de CO2 que hace veinte años. Y esto, gracias a innovaciones como los motores más pequeños, el turbocompresor, el uso de materiales más ligeros (como el EPP y el EPS) y tecnologías como el stop-start, que han ayudado a conseguir enormes ganancias en la eficiencia de combustible.